50.000 soldados (264.000 incluyendo reservistas movilizados); 197 aviones de guerra (israel)
Contra
Egipto: 240.000 soldados
Siria, Jordania, Líbano e Iraq: 307.000 soldados
957 aviones de combate
2.504 tanques
Aunque el gobierno de Israel no quería la guerra y la temía, los militares israelíes consideraban que era necesario atacar inmediatamente porque sin la ventaja de la sorpresa, Israel no podría sobrevivir. Israel había movilizado a los reservistas y no podía mantener esa movilización indefinidamente. Ante la disyuntiva de atacar o desmovilizar, no habiendo recibido garantía alguna por parte de EE.UU. de que impulsaría una iniciativa internacional, y con el gobierno de Egipto dando muestras públicas diarias de su voluntad de no enfriar la situación, el gobierno de Israel olvidó sus reticencias y siguió el consejo de sus generales.[7] Otras fuentes[8] dudan de que los árabes, pese a toda la intensa retórica belicista y la acumulación de tropas en las fronteras, estuviesen realmente dispuestos a atacar a Israel. Ted Thornton afirma incluso que "los movimientos de las tropas egipcias fueron un pretexto, planificado desde hacía tiempo, para que las tropas israelíes ganaran más territorio".
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